Significado del Apellido Uriel
Por:
Monica Yarleque Rivera
|
Lima ,
Perú
|
33 años
|
Mujer
Publicado el
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Apellidos
¿Qué es el apellido?
El apellido es el nombre antroponímico de la familia con que se distingue a las personas.
¿Qué significado tiene el apellido Uriel?
Significado:
Luz de Dios.
De origen hebreo.
Uriel significa "Fuego de Dios"
El Arcángel Uriel
REINO ANGÉLICO: Arcángel del Cielo de la Forma.
FUNCIÓN CELESTIAL: Traernos la luz del conocimiento de Dios.
DONES PARA LA TIERRA: Puede ayudarnos a reconocer la Luz que hay dentro de toda persona; a encontrar el conocimiento para ayudar y curar; a interpretar y descifrar nuestra voz interna.
Uriel, cuyo nombre significa «Luz de Dios», es el ángel que trae a la humanidad el conocimiento y la comprensión de la Divinidad. Es el más radiante de los ángeles, y se le ha pintado descendiendo del cielo en una carroza de fuego tirada por corceles blancos.
Se le ha denominado de diversas maneras, como Llama de Dios, Ángel de la Presencial y Ángel de Salvación. También se le conoce como Príncipe de la Luz e intérprete de las profecías. Fue a Uriel a quien Dios envió a Noé para prevenido del diluvio. La Biblia también nos cuenta cómo Uriel descendió al Jardín del Edén sobre un rayo de sol y se plantó a su entrada con una espada ígnea. Es también el ángel que vigila el trueno y el terror. Como Ángel del Arrepentimiento, puede ayudarnos a entender las leyes del karma, lo que, dicho de manera muy simple, significa que cosechamos lo que sembramos. Uriel también nos ayuda a entender cómo opera la misericordia Divina y nos trae la consciencia de ser todos queridos por el amor de Dios.
Se le supone el ángel de vista más aguda. A menudo se le representa con la llama del conocimiento en su mano abierta, llama de la que la humanidad puede extraer salud y bienestar. Si se abusa de este conocimiento, es entonces Uriel quien trae la retribución Divina. Uriel nos ayuda a entender por qué todas las cosas son como son. Nos ayuda a confiar en el plan divino, de modo que cuando las cosas parecen estar yendo mal, podemos saber que en última instancia son para el bien más elevado y el más grande gozo.
Uriel nos ayuda a interpretar nuestra voz interna y nuestros sueños. Nos guía hacia la comprensión de nuestra naturaleza esencial, y hacia la asunción de una mayor responsabilidad por nuestras vidas. Con esta guía tenemos la posibilidad de llevar a su cumplimiento nuestro potencial como espíritus creativos. Uriel nos ayuda a encontrar nuestra luz interior, y a volvernos tan radiantes como el sol cuando expresamos la plenitud del amor y la belleza que hay en nuestro interior.
Combate el espíritu de la ira, del odio y de la impaciencia, poniendo en el corazón las virtudes de la dulzura, benignidad, paciencia y mansedumbre. Con la dulzura y la paciencia vencemos y atamos al espíritu malvado. "Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso a vuestras almas" (Mateo 11,29).
San Uriel nos rodea con su corona ardiente de amor, de paciencia y de bondad. El cuida todos los lugares de las apariciones Marianas, enriqueciéndolos de gracias. Jesús afirmó en unas de sus revelaciones: "Cuando los ejércitos rojos avancen, ellos atravesarán tan solo al precio de la muerte y con la pérdida de sus vidas, el cinturón de fuego colocado delante de los lugares de las apariciones de mi Madre".
Ya en el cuarto siglo, San Uriel es recordado en el martirologio. El tiene en su mano izquierda la antorcha ardiente o una espada flameante, la llama ardiente del amor de Dios. San Uriel fue el encargado de expulsar a Adán y Eva del Paraíso, y custodiar su entrada con aquella espada de fuego, de la que nos habla el Génesis. También se lo representa con sus manos abriéndose las vestiduras del pecho, para dejar salir el Fuego Sagrado de Amor (como hacía San Francisco Xavier) El Señor, en efecto ha dicho: "Yo he venido a prender fuego a la tierra; y como desearia que ya estuviese ardiendo" (Lucas 12, 49). Que en nuestros corazones, arda, el fuego de la Gracia y del Amor de Dios. Cuan grande sea el deseo de Jesús, de esto, lo vemos en su Sacramento de la Eucaristía. Allá está su Amor que vence toda cosa viviente, escondido en su Carne y en su Sangre, para estar siempre con nosotros. Sobre el Altar y en el Tabernáculo, está la Fuente del Amor, allá está la Omnipotencia por excelencia! Allá nosotros deberíamos encontrar la Gracia, para que el Fuego del Amor se haga en nosotros luz viva y resplandezca en las tinieblas. Si nosotros nos postramos humildemente adorando con gratitud y respeto a Dios en este Santo Sacramento; entonces también en nosotros arderá el fuego del Amor de Dios y llegará a ser Luz.
Pedimos a San Uriel, nos libre de caer en la pasión del odio, la ira y la impaciencia, y también nos proteja de personas malvadas, iracundas, nerviosas; y derrame en nuestro corazón y en el alma de los que nos rodean, el Amor, dulce, suave y sereno. (En la iconografía se representa a San Uriel mostrando su pecho y su corazón ardiente de Caridad)
Que da las nalgas y no cobra.
Aveces lo hace a domicilio en bicicleta.
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