Significado del Apellido Abad

Monica Yarleque Rivera

Por: | Lima , Perú | 33 años | Mujer
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¿Qué es el apellido?

El apellido es el nombre antroponímico de la familia con que se distingue a las personas.

¿Qué significado tiene el apellido Abad?

Apellido de origen vasco encontrándose su primera casa solariega en el valle de la Bordejuela. Con posterioridad fue difundiéndose por toda la península, para pasar a la América Hispana. La línea de Castilla desciende de Martin Femández Abad que en el siglo XII luchó contra los árabes,estableciendo su primera casa en las cercanías de Ocaña (Toledo). La línea de Valencia fue formada por Pedro Abad, descendiente de Martín Fernández Abad. Por Santader se extendió otra rama de este apellido.

En Aragón se establecieron asimismo los Abad, destacándose Palmiro Abad que, en tiempos del rey don Pedro de Aragón, fundó casa en Nápoles. De este caballero descienden cuantos ostentan el apellido Abad en Sicilia. Los Abad de Andalucía se expandieron por toda la América Hispana durante el siglo XVI.

La nobleza de los Abad comprende numerosas pruebas de la misma: Por ejemplo: Don Fernando Sancho Abad Catalán y Villegas, natural de Villahermosa (Ciudad Real), ingresó en la Orden de Santiago el 8 de octubre de 1.656. Y en la Orden de Calatrava lo hicieron: Don Femando Abad Sandoval, natural también de Villahermosa, en 1.700. El apellido Abad se encuentra muy extendido en las provincias manchegas, con preferencia en la de Ciudad Real. Fueron muy numerosos los de este apellido que probaron su nobleza ante la Chancillería de Valladolid. En el orden militar, se designaba como "Abad" al jefe de la Guardia del conde don Gómez, que tenía bajo su mando a cincuenta ballesteros que eran hijosdalgo. Entre los de este apellido que se destacaron en la América Hispana, debe mecionarse al obispo de Michoacán (México), Manuel Abad y Queipo. Hombre de ideas liberales, fue encarcelado por la Inquisición y acusado de traición por el virrey de México, enviado a España para ser juzgado. Femando VII lo absolvió, nombrándole Ministro de Gracia y Justicia. Pero muy pronto fue nuevamente encarcelado hasta que en 1820 fue liberado ocupando la sede episcopal de Tortosa (Tarragona). Al ser instaurado de nuevo el absolutismo, fue nuevamente encarcelado y murió en prisión.

ARMAS: En gules, un castillo de oro, con puertas y ventanas de azur. Bordura de oro y en azur el lema: "Castro Abad ".

El apellido Abad es producto de varias procedencias, para algunos es un nombre de origen desconocido, lo cierto es que tiene un componente genético y genealógico variopinto o mixto. Estos son algunos de sus linajes y etnias vistos y estudiados por un Abad:
De mi apellido sé que un tal Santos Abad, natural de Palencia, en España, se casó en Yolombó a mediados del siglo 18, con una tal María de la Luz Jiménez (que debía de ser negra, zamba o mulata) y que al final de su vida dejó escrito en su testamento, que “tiene 59 años, está casado, tiene diez hijos y se encuentra quebrantado de salud y sin con qué sostener la familia”. Pensando en estas invitaciones, y en los oscuros orígenes de mi sangre, se me ocurre lo siguiente.
En mi caso, como en el de muchos, no sé si el primer Abad que llegó a Antioquia era de origen morisco, judío, español, o si era simplemente el descendiente de un expósito dejado a las puertas de un monasterio, o el hijo del superior de un convento que no supo qué otro apellido ponerle a su pecado mortal... Sabemos muy poco de la línea patrilineal, y de las otras ni se diga.
En realidad prefiero tener esos orígenes indeterminados, confusos y mestizos. No podría decir que tengo origen árabe, ni judío, ni español, ni nada. O podría decir, lo que es lo mismo, que los tengo todos. Creo que uno recibe influencias de las personas que conoce (padres, abuelos, parientes, maestros, amigos), pero que lo que haya hacia atrás —salvo taras o ventajas genéticas muy claras— es bastante azaroso e impreciso. Uno tiene cuatro abuelos, ocho bisabuelos, 16 tatarabuelos, 32 chozabuelos. Yo podría apostar que alguno de esos 32 habrá sido árabe, otra negra, otro judío, otra española, otro italiano, otra india. Y de esa vieja corriente mestiza y caótica, mixta, mezclada, impura, de todo eso me siento parte. Así que no sé con cuánta honestidad podría hacerme pasar por judío, o por árabe. Estoy dispuesto a participar también en antologías de escritores de origen italiano, negro, español, indio... Como se puede ver, no tengo una identidad muy clara en lo que tiene que ver con las etnias, las nacionalidades o los grupos raciales de mis antepasados.
Lo que más me interesa de este coctel genético es mi 12% de “nativo americano”. Qué dicha ser un mestizo: una de mis bisabuelas, o dos de mis tatarabuelas, al menos, eran indias.
¿Qué sería yo, al saber que entre mis antepasados hay blancos, indios, árabes, españoles, judíos, negros y vascos? ¿Un mestizo sin identidad alguna? Pues sí, eso es lo que siempre he querido ser racialmente, y lo que defiendo con orgullo: un mestizo, una chanda, un gozque, un criollo sin raza definida, o mejor, de todas las razas, y afrodescendiente como absolutamente todos los seres humanos que hay en el planeta. ¿Habrá alguien dispuesto a darme un Certificado de mestizaje? Eso sí, un certificado que no sirva para ningún privilegio. Eso deberíamos expedir en Colombia: Certificados de Nada. Certificados de que no nos importa saber la raza a la cual pertenecemos, porque sabemos que nadie debe ser juzgado por su raza, ni discriminado (a favor o en contra) por el origen étnico que tenga.
Lo cierto es que no siento ninguna vergüenza, ni ningún orgullo, de mis orígenes. No veo por qué yo debería ser más o menos cosa si descubriera que entre mis antepasados hay árabes, judíos, indios, negros, prohombres, heroínas, piratas, ladrones, prostitutas, italianos, vascos, arios, marranos o gitanos. Me da exactamente igual. En últimas, si vamos lo suficientemente lejos, todos venimos de una Eva africana (somos todos afrocolombianos) o si lo prefieren, de Caín el asesino y de su hermana, pues obligatoriamente tuvo que haber incesto después del Paraíso Terrenal.
Lo que digo para mí, ¿no lo podría decir para cualquiera? Tal vez nadie mejor que un hibrido, o un mestizo, entiende la triste vanagloria de los puros. Ese apego a lo que ellos llaman las raíces, la identidad, la tradición, me parece, tanto en los blancos genealogistas, como en los afrodescendientes del orgullo negro, como en judíos y árabes y antioqueños, una muestra de racismo inútil, de vanidad prestada, un intento de recostarse en el grupo, cuando lo cierto es que uno sólo es lo que es como individuo y si mucho se puede sentir orgulloso o avergonzado de sus padres y hermanos.
Vengo de un país mestizo y violento, de un continente mezclado que contiene en sí todos los orígenes y de ninguno de ellos se puede avergonzar. En Italia a los perros callejeros y con mezcla de muchas razas se les dice mulatos. Yo, que alguna vez quise ser italiano, ahora me siento orgullosamente mestizo. Por mi apellido, Abad, cuando entro a Estados Unidos, me preguntan si tengo “middle East Origins” y yo digo que sí, que tengo todos los orígenes. Me invitan a congresos de escritores árabes y a participar en antologías de escritores judíos, y siempre digo que sí, pues me siento tan judío como árabe; me siento hijo expósito y descendiente del pecado mortal del superior de un convento. Mestizo.
Nadie mejor que un hibrido, o un mezclado, entiende la triste vanagloria de los puros.
H. A. F.

Apellido bastante frecuente y muy repartido por España, procedente del sustantivo castellano -abad-, del latín -abbas, abbatis-, del arameo -abba-, que significa “padre”, de donde viene a ser el “abad”, el “padre superior de un convento o monasterio”. Aunque hubo distintas casas solares de Abad,


Coinciden la mayor parte de los tratadistas en afirmar que los más antiguos Abad tuvieron su origen en el Señorío de Vizcaya. La casa troncal radicó en el valle de Gordejuela. Descendientes de esta casa fueron los Castro-Abad, como así también los fundadores de los solares secundarios de Treviño, en la anteiglesia de Marín, llamada Santa María, que está en el valle real de Léniz, del mismo señorío; del de la anteiglesia de Dima, en la villa de Guevara, y del de las montañas de Burgos, en el lugar de Huermeces. No obstante lo anterior, en Cantabria, Asturias, Aragón, Castilla y Galicia hubo muy antiguas casas de Abad, cuyas ramas pasaron al resto de España.


En Aragón hubo varias casas de Abad, con solar en Jaca, Biescas de Tena (con ramas en Lopórzano, Alagón), la Garcipollera (Jaca), Báguena (Villanueva de Jiloca, Romanos, Morata de Jiloca), La Puebla de Castro (Graus), etc. Algunas de estas familias se apellidaron Abad de Bernabé, Abad de Castro, Abad de Alagón, Abad de Ayerbe, etc. Armas.- Unos Abad, de Aragón: En azur, tres estrellas de ocho puntas, de oro, mal ordenadas y surmontadas de un creciente ranversado, de oro.

El noble linaje de los Abad o Abades, que todo es uno, procede del Señorío de Vizcaya. La casa troncal radicó en el valle de Gordejuela, de las Encartaciones de Vizcaya.

Descendientes de esta casa fueron los Castro-Abad, como así también los fundadores de los solares secundarios de Treviño, en la anteiglesia de Marín, llamada Santa María, que está en el valle real de Léniz (Guipúzcoa); en las anteiglesias de Dima y Ceánuri (Vizcaya); en la villa de Guevara (Alava), y en el lugar de Huermeces (Burgos).

A su vez, salieron de estos solares los fundadores de varias ramas del apellido Abad, que se extendieron por diversas regiones de España y América.

En la villa de Grandas radicaron durante varios siglos individuos de este linaje, según consta en sus padrones.

Descendientes de los Abad de Asturias pasaron más tarde al Burgo, llamándose González Abad.

Hay también una línea de linaje Abad, cuyos individuos se apellidan Abbad, como los de Estadilla, en Aragón; pero estos a que ahora nos referimos son de Vizcaya, con casa solariega en la anteiglesia de Ceánuri, y sus armas son muy distintas de todas las demás.

Armas:
En campo de gules, un castillo de oro, abjurado de azur. Bordura de oro y en ella, con letras de azur, este lema: "Castro-Abad".

En campo de gules, un castillo de oro, abjurado de gules. Bordura de oro y en ella, con letras de azur, este lema: "Castro-Abad".

En campo de oro, un águila de sable.

En azur, un castillo de oro, al pie de éste, dos lobos de oro afrontados, y encima de las torrecillas del castillo dos cuervos de sable.

En campo de gules, un castillo formal de oro, aclarado de azur. Bordura de gules, con ocho aspas de oro.

En campo de azur, tres estrellas de ocho puntas de oro, mal ordenadas y surmontadas de un creciente ranversado, de oro.

En el centro del escudo una sola estrella, de plata, surmontada del creciente ranversado de oro.

En campo de azur, un perro (lebrel) rampante al natural.

En campo de azur, un león rampante de oro, y en el jefe, tres crecientes ranversados de plata, el del centro mayor que los otros dos.

En campo de azur, una garra de león de oro, moviente del flanco siniestro, acompañada de tres estrellas de oro de ocho puntas, colocadas una y dos.

En campo de sinople, una torre de plata, y a la puerta de ésta, dos lebreles pardos con manchas de plata, atados con cadena de oro.

En campo de sinople, una torre de plata, y a la puerta de ésta, dos lebreles pardos con manchas blancas, atados con cadena de oro.

En azur, una torre de plata. Bordura de gules, con el nombre "Castro Abad", en letras de oro.

En campo de azur, una torre de plata, y puesto sobre la torre un mote que dice "Castro-Abad", en letras de oro.

En campo de azur, un elefante de oro. Bordura de gules.

En azur, un castillo de oro. Bordura de gules, con ocho aspas del mismo metal.

En campo de oro, tres roeles de azur, bien ordenados. Bordura de gules, con ocho panelas, de oro.

En campo de gules, un Abad, de oro, con báculo y mitra, mirando ésta hacia dentro.

En campo de azur, un león rampante de oro, y en jefe tres menguantes de plata, puestos uno y dos.

En plata, una mata de hinojos, de sinople, sobre ondas de agua de azur y plata. Bordura de plata, con esta leyenda en letras de sable: "Tárdase el Cid".

En campo de sinople, tres veneras de oro. Bordura componada de ocho piezas, cuatro de oro y cuatro de gules.

En campo de azur, tres abarcas de oro con las abarqueras anudadas y dispuestas en triángulo mayor.

Escudo cuartelado: 1º, en campo de azur, una estrella de ocho puntas surmontada de un menguante con las puntas hacia abajo; 2º, en campo de azur, tres estrellas, puestas en triángulo; 3º, en campo de oro, una cruz flordelisada de gules, y 4º, en campo de sinople, un girasol de oro, con un pájaro.

En campo de gules, un castillo de oro. Bordura de oro, y con letras de sable el siguiente lema: "Castro Abad".

En campo de azur, una estrella de plata, de ocho puntas, dispuesta en el centro.

Escudo cuartelado: 1º, en campo de azur, una estrella de ocho puntas de plata; 2º, en campo de azur, tres estrellas dispuestas en triángulo; 3º, en campo de oro, una cruz flordelisada de gules, y 4º, en campo de sinople, un girasol de oro, con un pájaro.

Escudo partido en palo: 1º, en campo de azur, una estrella de plata, y 2º, en campo de azur, una flor de lis de oro en punta, sumada de un castillo de plata, ardiente de gules, con destrocero armado de lo mismo; moviente de la ventana diestra, un brazo armado de espada de plata, asiendo con la mano un cordón de oro, del que penden dos llaves de plata.

Apellido de origen vasco encontrándose su primera casa solariega en el valle de la Bordejuela.Con posterioridad fue difundiéndose por toda la península, para pasar a la América Hispana. La línea de Castilla desciende de Martin Fernández Abad que en el siglo XII luchó contra los árabes, estableciendo su primera casa en las cercanías de Ocaña (Toledo). La línea de Valencia fue formada por Pedro Abad, descendiente de Martín Fernández Abad.

Por Santader se extendió otra rama de este apellido. En Aragón se establecieron asimismo los Abad, destacándose Palmiro Abad que, en tiempos del rey don Pedro de Aragón, fundó casa en Nápoles. De este caballero descienden cuantos ostentan el apellido Abad en Sicilia. Los Abad de Andalucía se expandieron por toda la América Hispana durante el siglo XVI. La nobleza de los Abad comprende numerosas pruebas de la misma: Por ejemplo: Don Fernando Sancho Abad Catalán y Villegas, natural de Villahermosa (Ciudad Real), ingresó en la Orden de Santiago el 8 de octubre de 1.656. Y en la Orden de Calatrava lo hicieron: Don Fernando Abad Sandoval, natural también de Villahermosa, en 1.700.
El apellido Abad se encuentra muy extendido en las provincias manchegas, con preferencia en la de Ciudad Real. Fueron muy numerosos los de este apellido que probaron su nobleza ante la Chancillería de Valladolid. En el orden militar, se designaba como “Abad” al jefe de la Guardia del conde don Gómez, que tenía bajo su mando a cincuenta ballesteros que eran hijosdalgo

este es mi apellido q vakno no? q rico tenerlo y saber qsomos decendientes de arabes mucho mejor

En nuestro país (Guatemala) no es muy común el apellido mi abuelo me contó que su padre provenía de valencia España y que su padre de Arabia saudita en fin no sabemos realmente de donde es originario si árabe o español es un orgullo saber que nuestros parientes lejanos an echo historia Atte. Eduardo Abad

mi primer apellido, es abad, soy asturiano pero se que mi familia es muy numerosa, los padres de mi buela eran murcianos ! eso creo. Interensante esta web! muchos saludos a todos los abad.

Escudo de Los Abad:

Significado del Apellido Abad

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