Significado del Apellido Cachopo

Monica Yarleque Rivera

Por: | Lima , Perú | 34 años | Mujer
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¿Qué es el apellido?

El apellido es el nombre antroponímico de la familia con que se distingue a las personas.

¿Qué significado tiene el apellido Cachopo?

El Apellido Cachopo

Cachopo. Apellido con varios orígenes. El más conocido como morisco de Murcia

En español significa tronco seco y hueco de árbol, y antiguamente joven, de ahí cachupin, siendo un plato culinario; pero en portugués el significado es más amplio: mozo, rapaz, bajío, escolto, obstáculo, e incluso en el Algarve es una variedad de higo.

Hay amplia constancia de Cachopo, como apellido morisco presente en Murcia, especialmente en la villa de Ojós,Archena y Blanca del Valle morisco de Ricote compuesto por las villas de Blanca, Abaran, Villanueva, Ulea, Ricote y Ojos, pertenecientes al partido judicial de Cieza. Tambien existe el apellido Cachopo en Granada, en el siglo XVII. Existe una rama en la comarca de Tierra de Barros en Badajoz, quizás de origen portugués, pues este apellido es hoy toponímico de Portugal que en España. En el Algarve portugués, en el concejo de Tavira existe la villa de Cachopo.

Armas: Algunos genealogistas apuntan un origen vasco y que utilizaban como armas en campo de gules, tres torres de oro puestas en faja, aunque desconocemos su veracidad.

Personajes:

Según el historiador holandés afincado en Blanca (Murcia) Govert Westerveld, en Blanca (Murcia) los Cachopo alcanzaron gran notoriedad siendo descendientes de Ibrahin Cachopo que constaba en este pueblo del valle de Ricote en 1431.

Ginés de Molina Cachopo, escribano a comienzos del siglo XVII, hijo del escribano Pedro Cachopo Tomás y de María de Molina, cambió el orden de sus apellidos para aparentar ser "cristiano viejo". Fue un hombre poderoso y temido que pudo escapar de la expulsión general de los moriscos españoles, aunque fue encarcelado en 1619.

Para mayor abundancia de datos ver las dos obras generales sobre la historia morisca y de los apellidos de la villa de Blanca del autor Govert Westerveld.

Cartas de Ginés de Molina Cachopo, morisco. Por la de 30.6.1610, se colige que fue administrador del Comendador, Marqués de Villafranca. En la segunda de 31.8.1611, alude a los "recelos" que despertaron rumores de expulsión "de los antiguos de Castillas". En esta fase parece haber quedado circunscrita a los "granadinos", deportados en el marco de la Guerra de las Alpujarras. A los "antiguos" les preocupó que los censasen. Pide al Marqués que consiga se "preserven" 50 o 60 "casas" en la Encomienda, esgrimiendo razones económicas. Y a reglón seguido, que al menos se excluyan las casas de sus hermanos, hijos y yernos que serían unos 10. A 8.1.1613 al darles la oportunidad de probar su fidelidad a la Iglesia y al Rey ante los tribunales, se tranquiliza. Piensa que los
recomendados quedaron a resguardo de la expulsión. Personalmente, está seguro de contar con apoyos suficientes.

El 2.2.1613 acusa al gobernador de Caravaca de excederse, pues no llevando comisión del Consejo de Órdenes más que "contra granadinos", hizo auto contra todos los moriscos de la Encomienda (por otros documentos sabemos que se limitaba a cumplir el mandato del rey, probablemente, secreto). En carta de 13.8.1613, parece que ha olvidado la cuestión de la expulsión. Le preocupa que la compañías que bajan desembarcar, pasen por la Encomienda y hagan daño. A 24.5.1615 Ginés desperta. Habiendo confiado en que el juicio por el que debían pasar era puro trámite, al estar anunciada próxima sentencia, que todos esperaban favorable, los que habían huído para no ser expulsados, regresaron a sus pueblos. Cuando comprendieron que se enfrentaban a una "expulsión", más dura que la primera, pues ahora les esperaban las galeras y a las mujeres la esclavitud, era demasiado tarde. Pero Ginés aún piensa escapar por sus influencias, aunque han capturado a un hijo suyo, por el parecido.

Conociendo la imprevisión humana, en especial frente a la amenaza real, la tendencia a suponer que lo que "va" con otros no va con ellos. Felipe III usó la táctica eficaz, pese a ser repetitiva, de la "parcelación". De haber anunciado a todos los moriscos que serina expulsados, la solidaridad en la desgracia común, hubiese podido desencadenar revuelta de consecuencias cuando menos pro- blemáticas en un país arruinado. Al hacerlo por oleadas, los afectados no tenían fuerza suficiente para levantarse. Los más osados huyeron, perdiéndose en los montes, los más se resignaron y todos se aferraron a la esperanza de que podrían quedarse en sus casas, mostrando sumisión al credo y al rey.
Rivalizaron en rezos y en penitencias, guardándose de protesgtar, con una insolaridad que hizo posible lo que Felipe III concibió una operación de limpieza religiosa, como étnica.

FUENTE ARCHIVO HISTÓRICO FUNDACIÓN DUCADO MEDINA-SIDONIA
CASA PALACIO DE LA DUQUESA DE MEDINA SIDONIA
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)

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